miércoles, 28 de enero de 2009

La Población Gitana en Extremadura

En la Comunidad Autónoma de Extremadura viven unas 15.000 gitanos. Su situación social es muy diversa produciéndose en las últimas décadas, una sensible mejora en sus condiciones de vida, propiciada por el acceso a los sistemas de protección Social, vivienda pública, sistemas de salud, educación y al esfuerzo de la propia comunidad gitana extremeña. Pero la población gitana continúa siendo uno de los grupos más vulnerables y con mayor riesgo de exclusión social y económica de Extremadura. Siendo víctimas, de frecuentes prácticas discriminatorias que impiden su acceso a bienes y servicios en igualdad de condiciones que el resto de todos los ciudadanos extremeños.

PINCELADAS HISTÓRICAS SOBRE LOS GITANOS EN EXTREMADURA

Al principio de su llegada a la Península Ibérica en el siglo XV, los gitanos son bien acogidos. Vivían con libertad y no sólo no eran rechazados, sino que los campesinos y aldeanos, les miraban con simpatía y comerciaban con ellos. Sus habilidades artesanas, su facilidad para entretener y divertir, eran apreciadas. Pero la homogenización política, cultural y religiosa iniciada por los Reyes Católicos hace difícil encontrar un lugar para los gitanos, pues ya no se acepta a los que piensan, hablan, visten o se comportan de forma distinta, como pone de manifiesto la pragmática real fechada en Medina del Campo en 1499.Apartir de entonces los gitanos aparecen como gente peligrosa, difícil de domesticar y de controlar.
En la primera mitad del siglo XIX cuando los gitanos logran un cierto acomodamiento, y comienza una época que constituye la base de la "memoria colectiva" del pueblo gitano en España. Las familias gitanas asentadas en las ciudades, más obligados que por propia voluntad, comienzan a cubrir un espacio económico en la agricultura y la ganadería, el de comerciantes de ganado de labor, convirtiéndose en los abastecedores de ganado tanto de los terratenientes como de los pequeños propietarios agrícolas. Los gitanos fueron imprescindibles en la economía agrícola y ello trajo consigo el reconocimiento social y el respeto.
Dice Francisco Suárez Montaño en su ensayo "Gitanos Extremeños" refiriéndose a esa época, que "... al reunirse de ese modo la producción agrícola se planteó la inminente demanda de un nuevo sistema de abastecimiento de recursos ganaderos para su desarrollo. Los gitanos ocuparon rápidamente ese peldaño que hasta entonces era escaso y mal organizado, ofreciendo un abaratamiento de costos y creando toda una infraestructura mercantil de amplias redes regionales. Por toda Extremadura se desplegaron las familias gitanas. Con su incorporación demográfica se perdió el carácter nómada que los definía, iniciándose de este modo un trasvase que iba a ser definitivo en su comportamiento social. Con estos asentamientos comenzó un intercambio económico, social y cultural de gran trascendencia para la comunidad gitana".
Los gitanos no sólo destacan como tratantes de ganado durante esa época decisivo, muchos de ellos son consumados herreros, Caldereros, etc.
Durante este periodo la cultura gitana se adapta, se enriquece e influye en la cultura general de los españoles, especialmente en Andalucía y Extremadura.
En los años 50 la mecanización transforma la agricultura y la industria en general, hecho que sitúa a los gitanos fuera del sistema productivo. Sus oficios y habilidades ya no son necesarios, lo que supuso el hundimiento de la incipiente "clase acomodada" gitana.
Los gitanos se ven arrastrados por la industrialización y la modernización de las estructuras productivas que trajo consigo nuevos comportamientos sociales. A pesar de todo, una buena parte se dedican a la venta ambulante en los mercadillos que cada día mueven una cuota mayor del comercio interior, pero por el contrario un buen número de gitanos quedan en la miseria de las chabolas, de la marginación total y absoluta y que ha llegado a nuestros días. No son tan lejanas las barriadas de miseria en los extrarradios de las ciudades Extremeñas.
PRINCIPALES RETOS DE LOS GITANOS EN EXTREMADURA Y APUNTES DE POSIBILIDADES DE ACTUACIÓN DESDE LA EDUCACIÓN SOCIAL
La Vivienda:
Uno de los problemas más importante de los Gitanos extremeños es la vivienda. Concretamente en Cáceres en el año 97 existían en la ciudad dos asentamientos chabolistas de Gitanos: en la carretera de Miajadas y en la de Malpartida, -el “El Junqillo” y el “Carrucho”-, estos asentamientos fueron eliminados en ese mismo año siendo realojados en la barriada de Aldea-Moret. Este proceso, descrito en pocas líneas, ha sido un cambio tremendo en la antropología gitana, pasando de vivir en lugares alejados en libertad absoluta, en chabolas sin comunidades y sin ningún tipo de compromiso, a vivir en bloques de viviendas sociales estándar.
El realojo se hizo de manera obligatoria, sin tener en cuenta la cultura y costumbres propias del pueblo gitano, lo que ha tenido como consecuencia, un entorno físico y social profundamente degradado. En este entorno se socializan las nuevas generaciones gitanas, en un especio sin higiene, sin convivencia, abandonado, olvidado, segregado en definitiva. Esta situación ha propiciado que se convierta en un verdadero gueto.
Esta condiciones endogámica, propicia el mantenimiento de la tradición de las bodas en edades muy tempranas (16-17 años), que multiplica el problema, al generarse nuevas necesidades de viviendas, que arrastra a estas personas a “ocupar” las viviendas vacías, generándose un nuevo problema social; la ocupación de viviendas de manera ilegal y su posterior desalojo. En este momento existe la necesidad de unas 150 viviendas para las familias gitanas cacereñas. La realidad descrita exige la inmediata actuación de las administraciones públicas, que permita una intervención integral, en el sentido de generar una atención adecuada al barrio para dotar a las personas de los mecanismos necesarios para una convivencia en comunidad, la construcción de viviendas que solucione definitivamente la escasez actual, viviendas que deben ubicarse en las distintas zonas de la ciudad y adaptadas a las necesidades del colectivo.
Debe procederse de manera prioritaria sobre todos los campos que favorecen la socialización, especialmente de las nuevas generaciones, respetuosa con la diversidad cultural, pero liberadora de hábitos que conducen a la marginalidad y exclusión social.En este proceso es fundamental la participación directa de la comunidad gitana, por ello hay que fomentar el tejido asociativo endógeno, facilitando cauces de participación y colaborando directamente en la gestión de los recursos y en la toma de decisiones, cuestión, esta última, que está fomentando la Fundación Secretariado Gitano.
La Educación:
La educación es uno de los retos imperiosos de la comunidad gitana en un futuro inmediato, por ello es necesaria la implementación de programas educativos que faciliten la normalización en la escolaridad de los niños y niñas gitanos.
EL absentismo escolar gitano tiene su origen en la falta de valor de la educación en la cultura gitana, mientras que esta misma cultura sí valora la familia, la palabra, o el trabajo.
La cultura gitana no entiende el periodo de formación como una inversión para el futuro, quizás por su trayectoria histórica, la cultura gitana vive el día a día, entendiendo como una pérdida de tiempo y de recursos los largos periodos de formación infantil y juvenil, ante las necesidades de la familia extensa, de la que suele formar parte.Existe, por otro lado, una sobre protección hacia los hijos, y muy especialmente hacia la mujer, que impide que se deje a las niñas a las instituciones educativas.
Para ello es necesario la implementación de programas específicos de educación, ya citados con anterioridad, que se dirija en principio a modificar costumbres y valores que impiden la escolarización, comenzando por la base, poniendo semilla, creando vínculos con las instituciones educativas, explicando la problemática y preparando a los docentes con proyectos de adaptación general, cuidando especialmente todo lo relacionado con el absentismo escolar, haciendo un seguimiento personalizado de los niños, con visitas a sus domicilios en caso de ausencia del menor. Para ello es necesaria una adecuada comunicación con la familia con dos propósitos: a) Informar a la familia del derecho y el deber de la escolarización obligatoria; b) concienciar y explicar la importancia de la educación para poder decidir y conseguir la igualdad de oportunidades para el futuro del niño.

Trabajo:
La lucha contra la exclusión y la discriminación en la formación y el empleo de la población gitana es una de las prioridades pues, es en este campo donde se ocasiona una situación especial de desigualdad y desventaja. Es necesario establecer actuaciones exclusivas, de carácter compensador, orientadas hacia la normalización. La Experiencia en el campo del empleo constata la gran distancia existente entre la población gitana y los niveles medios de formación y calificación profesional del resto de la población.
Esta descualificación tiene una clara consecuencia en cuanto a sus posibilidades de acceso y permanencia en un puesto de trabajo, ya que disminuye claramente las posibilidades de ser contratados y limita en general dicho acceso a sectores y tramos ocupacionales de baja cualificación, generalmente inestables, precarios y con escasas posibilidades de movilidad sectorial y progreso profesional.
Mujer:
La situación y las realidades de las mujeres gitanas son muy diversas, al igual que ocurre con las mujeres no gitanas; sin embargo, existe una cultura común, que las une y que consolida su particular identidad. Pero las culturas no son estáticas sino que están en constante transformación y la condición de mujer gitana está muy ligada a las peculiaridades de su cultura. La organización social gitana está fundamentada en la familia, es la institución clave y el pilar básico de su comunidad, y el papel de la mujer está muy relacionado con su papel dentro de la misma.Su proyecto de vida está generalmente orientado hacia el cumplimiento de su “rol familiar”.
La mujer gitana, tiene un gran protagonismo dentro de su comunidad, ella dirige la economía doméstica y trabaja dentro y fuera de la casa. Es también la encargada de transmitir los valores y las costumbres de su comunidad, consiguiendo así la cohesión del grupo y el control social del mismo. Tiene, por tanto, un papel clave en el proceso de socialización.
En la actualidad, son muchos los factores que están dificultando su plena participación en la sociedad pero especialmente es destacable la doble discriminación que sufre: por ser mujer y por pertenecer a una minoría étnica mal valorada socialmente. Como mujer sufre la discriminación y las dificultades de inserción y promoción laboral que tienen la mayoría de las mujeres Extremeñas, comunidad que cuenta con la tasa de de desempleo femenino más alta del conjunto de la Unión Europea.
La comunidad gitana está en pleno proceso de transformación, surgiendo nuevas necesidades y un papel nuevo de la mujer. Aunque la mayoría de las mujeres gitanas son conscientes de que tienen y quieren guardar sus propias señas de identidad cultural, hay aspectos en los que se empiezan a producir cambios, siendo más flexibles con algunas costumbres y tradiciones, debatiéndose entre dos frentes; la responsabilidad de contribuir al mantenimiento de los roles y tradiciones, y la necesidad de su promoción social. Así, conviven los valores más tradicionales con nuevos valores emergentes de participación y de realización de la mujer en otros ámbitos de la sociedad. La contribución que están realizando al desarrollo económico y social de su comunidad está cambiando la concepción de su identidad y la comunidad gitana lo está asumiendo como algo muy positivo.
Los trabajos que han realizado tradicionalmente las mujeres gitanas, estaban relacionados con las tareas domésticas y las ayudas a sus familias en el desarrollo de actividades como comercio ambulante, recogida de residuos urbanos, chalaneo…Pero actualmente, prácticamente todas estas actividades se encuentran en un proceso de fuerte transformación y regulación que “expulsa” en muchos casos a los gitanos de estos “nichos” y deja sin esas opciones laborales a las nuevas generaciones. En este contexto, las debilidades principales de las mujeres gitanas que en la búsqueda de empleo son: niveles bajos de autoestima y motivación, grado elevado de dependencia y proteccionismo familiar, baja cualificación profesional, escasas habilidades sociales para la búsqueda de empleo y para desenvolverse en situaciones de la vida cotidiana así como una escasa motivación para la formación y el empleo.
Frente a estas debilidades cabe destacar también una serie de fortalezas de las mujeres gitanas que facilitan la intervención, como sus recursos personales, porque están acostumbradas a asumir responsabilidades.Es importante tener en cuenta que, cualquier estrategia que pretenda mejorar la empleabilidad de la mujer gitana ha de desarrollarse desde el respeto y aceptación de su modo de vida, combinando la posibilidad real de mantener su rol en la familia y su necesidad de promoción personal y laboral. La familia ha de ser la principal aliada en su proceso de inserción, ha de confiar en las actividades a desarrollar, en los agentes de inserción (mediadores, educadores, orientadores, etc.).

A partir de aquí es necesario introducir una metodología que favorezca la adquisición de autonomía, iniciativa y decisión suficientes que les posibilite la realización de actividades profesionales.

martes, 20 de enero de 2009

Breve panorama de la Formación Profesional en España

La formación profesional, concepto.

En la sociedad que hoy vivimos, la sociedad del siglo XXI, saber más cosas y saber hacerlas mejor se ha convertido en una necesidad constante, dados los constantes cambios a los que se ve sometido el sistema productivo, y con él, el mundo laboral. Para poder adaptarnos a ellos, es necesario que estemos cada vez más y mejor preparados, es necesario formarnos, para poder afrontarlos.
El término formación, hace referencia en primera instancia, a una preparación más o menos instrumental, encaminada a la resolución de problemas a corto plazo, que conllevaría la adquisición de los conocimientos necesarios para ello. Pero entendida así la formación resultaría un concepto muy poco enriquecedor, que no sería diferente al tradicional concepto de instrucción.
Podemos añadirle la adquisición, desde el punto de vista técnico, de las destrezas que acompañan a esos saberes, incidiendo así en el carácter eminentemente práctico que caracteriza a la formación profesional, es decir el entrenamiento en las habilidades necesarias para el desempeño de un puesto de trabajo. Aun así la unión de estas características tampoco define la formación en si.
Es necesario que hagamos además referencia a las actitudes, aquellas que casi siempre se quedan en el tintero al hablar de formación para poder definirla y sobre todo para comprender la verdadera riqueza de la formación profesional. La formación profesional es por tanto, aquella que va a dotar al trabajador y trabajadora de los conocimientos destrezas y actitudes necesarias y suficientes que lo cualifiquen para el desempeño de una ocupación, posibilitando así su inserción, reinserción a mantenimiento en el mundo laboral y productivo.
Estos conocimientos, habilidades y actitudes necesarias para el desarrollo del trabajador, como tal y como persona, pueden adquirirse, a lo largo de la vida, de diferentes maneras, ya sean estas formales o no.

La Formación Profesional en España.

En nuestro país existen en la actualidad dos grandes vías para adquirir las cualificaciones que cualquier trabajador, necesita adquirir para el desempeño de una profesión, este o no ocupado.
Por un lado, podemos adquirir esta cualificación en un centro de formación, de cualquier tipo, con lo que estaríamos insertos en la educación formal; por otro lado podemos aprender a través de las experiencias que nos brinda el desarrollo de las diferentes ocupaciones o la propia vida. La primera de estas modalidades, complementaría de la segunda y viceversa, es la que vamos a entender como formación profesional en sentido estricto.
El sistema de formación profesional en España, puede dividirse en tres subsistemas de formación, a saber:

Formación profesional reglada:
La formación profesional reglada, es la que tradicionalmente se ha conocido como FP, y su finalidad es adquirir los conocimientos, destrezas y actitudes necesarias para el acceso al trabajo. Está integrada en el Sistema educativo nacional y con ella se obtienen títulos recogidos en el “Catálogos de Títulos Profesionales”.
La formación profesional reglada se estructura en ciclos formativos de duración variable, que están organizados mediante módulos. Cada uno de los módulos recoge conjuntos de conocimientos teórico-prácticos relacionados entre si en relación a los diferentes campos profesionales. Estos módulos incluyen una información práctica obligatoria módulo de “Formación en Centros de Trabajo”, que permiten aplicar los conocimientos en un entorno productivo real.
Existen dos ciclos dentro de la formación profesional: Formación profesional de grado medio y formación profesional de grado superior.
Esta formación depende de la administración educativa: Ministerio de educación y en nuestro caso de la Consejería de educación de la Junta de Extremadura.

La formación continua:

La formación profesional continua, está compuesta por todo el conjunto de acciones formativas dirigidas a los trabajadores ocupados y que pretenden mejorar las competencias y cualificaciones de los mismos.
Esta formación es de gran interés tanto para el desarrollo de los trabajadores, como para las empresas, ya que permite enfrentarse a los constantes cambios socioeconómicos que se producen en los tejidos productivos y aumenta y mejora la competitividad en el mercado.
La formación continua es constituye una gran riqueza para el trabajador, y se nutre de la necesidad de formarse a lo largo de toda la vida como medio de desarrollo personal y no sólo laboral. Curiosamente, y a pesar de ello, las cualificaciones que se obtienen por esa vía no son oficialmente certificables. Esta formación es financiada fundamentalmente por trabajadores y empresarios y se gestiona con los organismos responsables del Ministerio de Trabajo (INEM) y de la Junta de Extremadura (SEXPE).

La formación profesional ocupacional:

La formación profesional ocupacional es aquella formación que está destinada a proporcionar una cualificación profesional a todos los trabajadores desocupados que quieran incorporarse al mundo laboral, ya sea por primera vez, o, habiendo desempeñado una ocupación en el pasado, quieran reincorporarse. En este sentido, la formación ocupacional responde a las necesidades del mercado laboral, formando para ocupaciones o puestos de trabajo concretos.
Pese a que este tipo de formación se haya generalizado recientemente en España y Extremadura, como ya hemos visto en los apuntes de la asignatura, la formación ligada al trabajo no es un concepto nuevo.
La actual configuración de la Formación Ocupacional nace en el Programa de Promoción Profesional Obrera (PPO), de 1964, con el fin de “lograr la cualificación de la clase trabajadora”. Años después se crea el Servicio de Acción Formativa (SAF), que transformado más tarde en el Servicio de Empleo y Acción Formativa (SEAF) que vincula por primera vez la formación a las políticas de empleo, labor que más tarde desarrollará el INEM, y por último, en Extremadura el SEXPE. A lo largo de todo el proceso mencionado la concepción de la formación ocupacional ha ido cambiando, dotándose de un importante desarrollo cualitativo y cuantitativo.
Articulación del plan de Formación e Inserción Profesional (FIP):
La mayor parte de las acciones de formación ocupacional, se articulan a través de un plan de ámbito nacional, el Plan de Formación e inserción Profesional (el plan FIP), que programa y ejecuta la administración laboral en función de las necesidades formativas detectadas.
El plan se imparte tanto en centros propios de las administraciones, como a través de entidades colaboradoras previamente homologadas para ello. Pueden constituirse en centros colaboradores tanto las organizaciones empresariales y sindicales, mediante la suscripción de un contrato-programa, como las entidades públicas y privadas de formación, que estén autorizadas.
El plan FIP, prioriza la participación en las acciones formativas de diversos colectivos con mayores dificultades de inserción o reinserción en el mundo laboral, como puede ser de los riesgos de exclusión social, los parados de larga duración, los mayores de 45 años o el colectivo de mujeres.
Se ha pretendido dotar a este plan de un carácter eminentemente práctico, haciendo hincapié en dotar a las acciones de prácticas formativas en empresas o aulas-taller con las que de forma previa se haya acordado un convenio de colaboración. A lo cual se ha añadido el intento de adquirir compromisos de contratación por parte de las empresas donde se realizan las prácticas, ya que la mera existencia de las prácticas no supone una relación laboral formal entre los participantes de las acciones y las empresas.
Con la realización de acciones de este plan, los participantes pueden obtener un Certificado de profesionalidad que avale su cualificación, si bien, hasta la fecha este sistema de certificaciones no se ha desarrollado, y los certificados no se expiden en la práctica.
Dentro del sistema de Formación Profesional Ocupacional se recogen también los programas formativos de Unidades de promoción y desarrollo o centros de iniciativa empresarial, pero sobre todo, y más importante los de Escuela Taller, Casas de oficio y Talleres de Empleo.

Escuelas Taller, Casas de oficio y Talleres de Empleo.

. Escuelas Taller
Las escuelas Taller y las Casas de Oficio, nacen los años 80, en un contexto en el que confluyen en nuestro país, tres factores socioeconómicos relacionados con el entorno y el mundo laboral, a saber:
a) Altos niveles de paro, alarmantes en el caso de Extremadura .
b) Oficios tradicionales que habían caído en desuso y corrían el peligro de perderse, sobre todo los oficio que se desarrollaban de forma artesanal, muchos en nuestras poblaciones rurales, donde existía una falta de relevo generacional para mantenerlos, producido entre otros motivos por la incesan inmigración de las décadas precedentes.
c) Necesidad de rehabilitación del entorno y el patrimonio.
Se pensó entonces en conjugar estos factores de una nueva fórmula, donde los jóvenes sin cualificación, pudieran recoger los conocimientos y habilidades que corrían el riesgo de desaparecer y lo pusieran en práctica participando en proyectos de rehabilitación y desarrollo, a cambio de una remuneración.
Actualmente, las escuelas taller, son programas públicos de formación y empleo que se materializan en centros de trabajo donde los jóvenes desempleados, siempre que sean, menores de 25, reciben formación profesional ocupacional en alternancia con la práctica profesional, con el fin de adquirir la capacitación adecuada de un oficio concreto, al objeto de conseguir insertarse en el mundo del trabajo.
En las escuelas taller, todos los proyectos se desarrollan en dos fases:
La primera consiste en una etapa formativa inicial, donde no existe alternancia con el trabajo efectivo y dura 6 meses.
La segunda etapa, dirigida a adquirir experiencia y cualificación, dura un máximo de 18 meses, en ella los alumnos trabajan con un contrato para la formación y reciben un sueldo subvencionado.
La duración total de ambas etapas, estará siempre entre uno y dos años, tiempo en el que se desarrollará el proyecto en el que se participe, terminado el cual se entiende finalizada la escuela taller.
Casas de oficio
Las Casas de oficio es una figura muy parecida a las escuelas taller, e igual que las anteriores, es de carácter temporal y se dirigen a jóvenes entre los 16 y 25 años, desempleados y demandantes de empleo. También constan de dos etapas de las mismas características que las mencionadas, pero los contratos formativos son más cortos que en las Escuelas Taller.
Todos los proyectos ejecutados en las escuelas taller y las casa de oficio van encaminados a la recuperación o promoción del patrimonio artístico, histórico, cultural o natural, la rehabilitación de entornos urbanos o del medio ambiente, la recuperación y acondicionamiento de infraestructuras de titularidad pública o cualquier otra actividad de carácter público o social necesaria que permita la inserción .
Además, la normativa vigente recoge que la programación de las Escuelas Taller se integrará, en la medida de lo posible, en planes integrales de empleo, que den respuesta a las demandas del mercado de trabajo y sean capaces de activar el desarrollo de la comarcas, generar riqueza y, consecuentemente, puestos de trabajo.
Talleres de empleo
Dadas las buenas experiencias con los programas de escuelas taller y casas de oficio, en los años 90 se amplia la experiencia a personas con mayor edad y con características similares de dificultad de inserción o reinserción en el mercado laboral. Así a finales de está década, comienzan a funcionar los talleres de empleo para trabajadores entre 25 y 65 años, teniendo preferencia los mayores de 45 años y los desfavorecidos o en riesgo de exclusión social.
Al contrario que en las anteriores, en los Talleres de Empleo, los contratos de formación duran entre 6 meses y un año, y se firman desde el principio.
En las tres figuras mencionadas, además de los conocimientos, destrezas y actitudes del trabajo a desarrollar, se imparte formación o educación básica a los alumnos que no posean el título básico de educación reglada, orientación laboral para la búsqueda de empleo y otra formación complementaria, como la referida a los riesgos laborales, la informática, etc.
Necesidad de integración de los subsistemas de Formación Profesional.
La formación profesional en nuestro país no cuenta con un sistema integrado, pues las diferentes cualificaciones se obtienen por diferentes vías que son independientes entre sí. La formación a través de cada uno de los diferentes sistemas, se organiza de forma autónoma, sin que entre ellos exista ninguna conexión ni coordinación, lo que conlleva una serie de dificultades y problemas. Algunos autores como Manzano, citan las siguientes como las principales:
• Desconexión de la Formación profesional del mundo productivo: Fundamentalmente porque el mundo productivo es una realidad cambiante, y los sistemas formativos, normativizados y regulados, no son capaces de evolucionar con la suficiente rapidez. Además los protagonistas del trabajo, fundamentalmente empresarios y trabajadores, viven realidades diferentes a los protagonistas de la organización de la formación.
• Imposibilidad de utilizar cada uno de los sistemas: la rígida reglamentación de las distintas vías de formación suponen un impedimento importante en la utilización de las mismas por los trabajadores y las trabajadoras. Para acceder a la formación hay que reunir una serie de requisitos, estar en una determinada situación laboral, tener una cierta disponibilidad de horarios, etc. que los interesados no siempre cumplen o pueden cumplir.
• No reconocimiento de la experiencia laboral, y, por tanto de la cualificación que esta conlleva. Algunos trabajadores han aprendido a desempeñar sus competencias sólo con el quehacer laboral diario, sin haber recorrido un camino formal. Trabajadores que ahora se encuentran en la imposibilidad de certificar su cualificación.
A partir de aquí y para dar respuesta a todos estos problemas, se impone una tendencia a la integración de los tres subsistemas estudiados, de forma que dejen de ser ajenos entre si.
Los poderes públicos, nacionales y autonómicos, en los diferentes planes de la Formación Profesional han habilitados fórmulas encaminadas a paliar los problemas arriba descritos, referidas a la observación permanente del mercado de trabajo, a la revisión y estudio de las ocupaciones y de la formación que de ellas se deriva, a facilitar el acceso de los trabajadores a la formación, ya sea con fórmulas de distribución geográfica, centralizando o descentralizando la formación, con ayudad económicas, etc., pero quizá, no sea hasta la aparición del sistema nacional de cualificaciones y la formación profesional, cuando empieza a verse una concepción más global e integradora.
El Sistema Nacional de Cualificaciones y la Formación Profesional (SNCFP)

Este Sistema Nacional nace de la Ley orgánica 5/2002 de las cualificaciones y de la Formación Profesional, definiéndolo en su artículo 2.1, como “el conjunto de instrumentos y acciones necesarias para promover y desarrollar la integración de las ofertas de la Formación Profesional, así como la evaluación y acreditación de las correspondientes competencias profesionales, de forma que de favorezca el desarrollo profesional y social de las personas y que cubran las necesidades del sistema productivo”. Su principal medida de desarrollo es el Catálogo nacional de cualificaciones profesionales que se está elaborando en la actualidad.
Tras este marco normativo subyace la intención de conseguir un sistema de formación profesional más eficaz y coherente, que una a todos los subsistemas ahora existentes, incluyendo la experiencia laboral, unificando de manera unívoca, las cualificaciones que se pueden obtener.
El Sistema Nacional de Cualificaciones y la Formación profesional (SNCFP), pone el énfasis también en que los trabajadores, así como los demás actores del sistema productivo, sean los verdaderos protagonistas del sistema, participando en la creación del mismo y accediendo de modo igualitario a todas las vías de formación.
Además se incide por un lado en la potenciación de los sistemas de información y orientación en materia de empleo y formación profesional, y, por otro, en la necesidad de la constante vigilancia sobre lo creado, estableciendo sistemas de evaluación tanto de la formación en si misma, como del catálogo de las cualificaciones profesionales, en un intento de dotar a este de la suficiente flexibilidad para evitar de nuevo un desfase con el mundo del trabajo y con las necesidades de sus destinatarios.

lunes, 12 de enero de 2009

Guía para el diseño de Proyectos Sociales

El diseño de proyectos para un educador social es básico, por ello me permito transcribir unas orientacioones para tal fin, que me parecen interesante.


1. DENOMINACIÓN DELPROYECTO

2. NATURALEZA DEL PROYECTO
  • Descripción del proyecto (lo que se quiere hacer)
  • Fundamentos o justificación (por qué se hace, razón de ser y origen del proyecto
  • Naturaleza y urgencia del problema
  • Prioridad para la solución del problema
  • Marco institucional (organización responsable de la ejecución
  • Finalidad el proyecto (impacto que se espera lograr)
  • Objetivos
  • Metas (Cuanto se quiere hacer, servicios que se prestaran y/o necesidades que se cubrirán)
  • Beneficiarios (destinatarios del proyecto)
  • Producto (resultado de las actividades)
  • Localización física y cobertura espacial (donde se hará, qué abarcará)
3. ESPECIFICACIÓN OPERACIONAL DE LAS ACTIVIDADES Y TAREAS A REALIZAR (con que acciones se generarán los productos, actividades necesarias)

4. METODOS Y TECNICAS A UTILIZAR (modalidades de operación)

5. DETERMINACIÓN DE PLAZOS O CALENDARIOS DE ACTIVIDADES (Cuándo ocurrirá).

6. DETERMINACIÓN DE LOS RECURSOS NECESARIOS (quienes y con qué se realizará el proyecto)
  • Humanos
  • Materiales
  • Técnicos
  • Financieros

7. ADMINISTRACIÓN DEL PROYECTO (organigrama donde aparezca claramente señalado el proyecto dentro de la organización existente, como se inserta en dicha organización)

8. INDICADORES DE EVALUACIÓN DEL PROYECTO

9. FACTORES EXTERNOS CONDICIONANTS O PRE-REQUISITOS PARA EL LOGRO DE LOS EFECTOS E IMPACTO DEL PROYECTO