martes, 28 de junio de 2011

Twitter crea una Guía para gestionar la información

Twitter ha creado una guía para ayudar a usar esta plataforma para trabajar la información. 
Se encuentra disponible enmedia.twitter.com/newsrooms
La guía tiene como objetivo ofrecer recursos y consejos para quienes quieran usar Twitter como fuente de información, clasificando el contenido en:

#Report: Para aprender a buscar y encontrar fuentes. Mostrando consejos para usar la información de forma correcta. 
#Engage: Glosario, información sobre como crear tweets efectivos y cómo trabajar con una marca.
#Publish: Herramientas que ayudan en el trabajo del twitteo.
#Extra: Blogs, formularios y recursos adicionales.

Nos encontramos ante un recurso interesante, que inicia una nueva andadura, que puede tener como puerto, una plataforma con uso educativo. Es de esperar que este inicio crezca adaptándose a las necesidades de la categoría, algo especialmente significativo en una plataforma tan dinámica como lo es Twitter.
Los textos se irán agrupando con el hashtag #TfN.

lunes, 13 de junio de 2011

Día mundial contra el trabajo infantil

Con motivo del “Día mundial contra el trabajo infantil”, la OIT denuncia que cerca de 215 millones de niños y niñas de todo el mundo sufren esta lacra. En España tenemos que recordar los miles de jóvenes que abandonaron el sistema educativo de manera prematura, encontrándose en la actualidad en las peores condiciones para afrontar el futuro.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) instituyó el primer Día mundial contra el trabajo infantil” en 2002 como forma de poner de relieve la gravísima situación de los niños y niñas explotados laboralmente en el mundo. Este día se celebra 12 de junio, y tiene por objeto ejercer de catalizador del creciente movimiento mundial contra el trabajo infantil, reflejado en el gran número de ratificaciones del Convenio núm. 182 sobre las peores formas de trabajo infantil y el Convenio núm. 138 sobre la edad mínima de admisión al empleo.

Las organizaciones miembros de la Internacional Sindical de la Educación, consideran que el trabajo infantil es una de las mayores lacras que perviven en el siglo XXI, manifestando que el trabajo infantil no libra a niñas y niños de la pobreza. La pobreza se combate con la universalización de la educación. Ofrecer acceso a una educación gratuita, obligatoria y de calidad para todas las niñas y niños hasta la edad mínima de admisión al empleo es una estrategia fundamental, y avanzar hacia una mínima igualdad de oportunidades. Educadores y educadoras, de todo el mundo, tienen que ser actores clave en las iniciativas para luchar contra esa lacra. Por eso las organizaciones de los educadores tienen que impulsar, junto al resto de la sociedad civil y con los organismos nacionales e internacionales, esta lucha.

En España la escolarización obligatoria llega hasta los 16 años, la edad legal para acceder al mercado de trabajo. Este derecho está garantizado por ley, estando tan interiorizado, que resulta difícil imaginar la extensión del problema lejos de la realidad europea. Pese a los avances producidos hasta el 2008 en el Programa Educación para Todos”, enmarcado en los Objetivos del Milenio de la UNESCO, la propia O.I.T. estima que hay 215 millones de niños en el trabajo infantil, de los cuales 115 millones están directamente involucrados en un trabajo con tendencia a dañar la salud física, mental o moral de estos niños, que, en algunos casos, puede incluso poner en peligro su vida.

Estamos hablando, en la forma más grave, de trata de niñas y niños que alcanza la explotación sexual; de trabajos forzados con restricción de libertad, control con abuso de autoridad, violencia física o mental y ausencia de consentimiento; de trabajos en situación de semiesclavitud; de niñas y niños utilizados en actividades ilícitas; y de niños implicados en conflictos armados: una realidad, la de los niños soldados que denuncia el último informe de la UNESCO sobre el citado Programa de “Educación para Todos”.

En un segundo nivel de peligrosidad, estamos hablando de los “niños de la calle”, los que se buscan la vida en ella teniendo familia o los que carecen de ella por lo que trabajan y viven en la calle; de niñas y niños utilizados en el trabajo doméstico para atender a un tercero, con frecuencia simplemente remunerados en especie; de niñas y niños que se dedican a la recuperación de materiales reciclables; de niños porteadores de mercancías o de niños mendigos.
La sociedad  y los educadores no debemos mirar para otro lado; pues como manifiesta la UNESCO desde el estallido de la Crisis, muchos países donantes están incumpliendo sus compromisos de ayuda, que impedirán resolver muchas de estas situaciones.

Que las leyes sean avanzadas en España y en la EU-15, no impide que desde la sociedad consciente y educadora reflexionemos críticamente sobre nuestra realidad más próxima. Las Convenciones 182 y 190 de la O.I.T. consideran que, al menos para los empleos más penosos, no se debe trabajar hasta los 18 años. En España la tasa de abandono escolar ha superado el 30% hasta el momento actual. En los años de más desarrollo, cientos de miles de jóvenes abandonaron su proceso formativo para ocupar empleos no cualificados y "falsamente" bien remunerado. Ocupaciones que la Crisis se ha llevado por delante. Estos jóvenes se encuentran con unos hábitos de vida y consumo muy altos, frustados por la realidad de ser simples peones de usar y tirar. Ya podemos aplicar didáctica para motivarles a retornar al sistema educativo, ¡UNICA! esperanza de ganar un proyecto digno de vida.

La mejor inversión de futuro de cualquier sociedad, es la que fomenta la educación y la formación. Sin ella no hay alternativas. Este es un mensaje especialmente significativo en el momento presente en España, donde están en proceso de constitución los nuevos Gobiernos Autonómicos, responsables de la Educación en su territorio. Sus políticas deben proteger el bien común más preciado, la educación. Su potenciación es la garantía de un futuro colectivo.

lunes, 6 de junio de 2011

El sistema educativo finlandés y las dos caras de la responsabilidad

Decía Einstein que está bien hacer lo más simples posible las cosas pero no más allá de eso. Es por ello que quería matizar una idea que, dicha como la dije, pudo generar malentendidos en la inauguración del Congreso Escuela 2.0.

Fuente: Dolors Reig - El Caparazón

Aludía a que el propósito de la educación debería hacer ciudadanos responsables pero también más felices, que mirar de forma directa y parcial a Finlandia me parecía peligroso porque si bien es cierto que los indicadores son muy positivos en cuanto a integración laboral, los índices de suicidio de la población también son altos.
Lo aclaraba en un comentario al vídeo correspondiente en Youtube:
Lo que dije de Finlandia (que cola está trayendo) es que los informes Pisa deberían valorar muchos más aspectos de los que valoran (lectura, matemáticas, ciencias), porque estos pueden ser muy buenos en cuanto a rendimiento laboral o académico pero no están midiendo otras cosas, como la felicidad. Sé que es un comentario que puede ser malinterpretado fácilmente, así que dejo claro desde ya que en ningún momento he vinculado suicidios a sistema educativo. El tema es mucho más complejo.
Un visionado del par de vídeos que acompañan este post puede arrojar algo más de luz sobre el tema.
El primero, que descubría en Ted Moncloa (¡gracias, Alberto!), es una charla de Alain de Botton en la que desgrana, entre otros, el concepto de responsabilidad:
A lo largo de la historia ha habido una evolución del concepto responsabilidad y el lenguaje lo ejemplifica bien. En el pasado, a alguien que le iba mal se le denominaba “desafortunado”, que viene a significar sin fortuna, sin suerte, que no había sido tocado por lo divino. Actualmente, en inglés, a esa misma persona se la llama “perdedora” (looser). En castellano, por suerte, no utilizamos este adjetivo tan negativo, incluso cruel (aunque quizás en nuestro entorno seguimos creyendo en la fortuna más que en otros países occidentales :-) )
Yendo un poco más allá de la charla, en términos psicológicos podríamos decir que antes predominaba el locus de control externo y ahora el interno. Así, en general, en las sociedades más “evolucionadas”, la responsabilidad es individual, interna. Tanto para lo bueno como para lo malo. La persona, responsable de su destino, puede sentirse en ocasiones “fracasada”.
En otras palabras, sin poner en duda la existencia de otros, este podría ser uno de los factores que incide en el alto nivel de suicidios en Finlandia, donde el sistema educativo forma a ciudadanos sumamente responsables pero, una vez más, no sabemos si lo suficientemente felices.
A propósito de Finlandia twitteábamos hace poco sobre una nueva película que se adentra en las aulas finlandesas.: The Finland Phenomenon: Inside the World’s Most Surprising School Systemde Tony Wagner .
En esta el sistema finlandés es alabado por su alto nivel, y  sin embargo los estudiantes no trabajan de manera extremadamente exigente, tienen muchas opciones, utilizan la tecnología de forma creativa, disfrutan de la integración de las artes, y aprenden en una cultura que hace hincapié en la amplitud de miras y en el “menos es más”.
En esta nueva película aparecen filmados 20 minutos o más en un aula. Las escenas de clase son muy variadas. Se aprecia una gran comodidad, informalidad, las conversaciones son fáciles, los estudiantes están a menudo organizados en círculos o en mesas de trabajo, y los profesores suelen ser llamados por su nombre de pila.
En otra escena el maestro conduce a los alumnos con un estilo socrático, y Wagner señala que el tiempo que el profesor habla le parece mucho menor que en las aulas de EE.UU. En Finlandia el 60% de estudiantes hablan en comparación con el 75% de las intervenciones del profesor en EE.UU.
A menudo vemos a los estudiantes que trabajan con materiales, con las manos, incluso en secundaria. Vemos a los estudiantes en grupo y el profesor aconsejando a los estudiantes de forma individual.
A lo largo de la película, volvemos una y otra vez a la situación privilegiada y altamente cualificada de la profesión docente. En los años 70 y 80, Finlandia tomó la iniciativa de invertir en educación como forma de mejorar el éxito en la sociedad, y lo hizo, en primer lugar, transformando la profesión. El atractivo de la enseñanza aumentó, y los programas de formación de profesores sólo seleccionaron al 10% de todos los candidatos a sus programas, por lo que el país consideró la docencia como una brillante profesión.
Los profesores son muy confiables, y hay poca o ninguna evaluación de los docentes en curso. Los profesores finlandeses invierten sólo 600 horas al año, en promedio, en el aula, en comparación con 1100 en los EE.UU. Mientras que solo el 50% de los docentes en EE.UU. permanecen en el sistema educativo a los 5 años, la mayoría de los profesores finlandeses llegan a la jubilación.
Wagner se detiene en este punto para remarcar que la diferencia consiste en la confianza y se convierte en el principio central en el argumento. Los finlandeses confían en que ellos pueden lograr la excelencia sin necesidad de mano dura y supervisión. Los finlandeses confían en sus escuelas para trabajar, con un curriculum nacional sucinto, y mucha libertad en las escuelas y maestros para hacer el resto.
Otras características más concretas e inmediatas podrían ponerse en marcha en otros sistemas educativos:
· Menos es Más : El currículum básico nacional finlandés se reduce a lo esencial, y toda la cultura de la educación da prioridad a pensar y aplicar la solución de problemas. Esto también se aplica a los deberes para hacer en casa, que como máximo los estudiantes dedican 4,5 horas a la semana.
· Programación. Las clases son más largas, y hay menos en un día, permitiendo a los estudiantes más tiempo para los proyectos y realizar estudios más a fondo .
· Aprender primero, sobre todo, casi exclusivamente. Deportes y actividades extracurriculares tienen menor prioridad. Este es un punto crítico (recordemos la necesidad de potenciar múltiples inteligencias) y el director no está nada de acuerdo en la minusvaloración de este tipo de actividades.
· La tecnología en las escuelas no se usa tanto para mejorar las presentaciones de los maestros, como sucede en EE.UU., sino que para Wagner se utiliza mucho mejor, está ahí para que los estudiantes la utilicen para aprender. Investigan y colaboran en línea y muchas aulas disponen de una amplia gama de herramientas tecnológicas, no sólo de ordenadores. Los estudiantes usan Wikipedia y Facebook para investigar temas de actualidad y hay una cultura de confianza en el uso de la tecnología.
· Hay una integración de las artes a través de la educación.
· Permiten a los estudiantes mayores posibilidades de elección en todos los aspectos del aprendizaje, incluso en el itinerario académico general, los cursos que estudian y los proyectos que preparan.
· Proyectos, individuales y colectivos, son esenciales. A lo largo de la película podemos ver un caso en que los estudiantes tenían un proyecto de cinco semanas que requería la dedicación de la mayor parte del tiempo de clase.
· Los estudiantes en Finlandia asumen un alto grado de responsabilidad personal en el aula, y rinden cuentas de sus resultados, lo que permite que los profesores tengan más tiempo para la relación uno a uno.
· En los exámenes, evalúan la aplicación del pensamiento a las nuevas situaciones , no el recuerdo.
· La profesionalización de la profesión implica respetar los profesores como trabajadores del conocimiento, creando oportunidades y la obligación de ser innovadores en la enseñanza cada día, dice Wagner.
Al final, Wagner se pregunta si hay algo que los finlandeses tienen que aprender de los norteamericanos, y responde a la pregunta con dos sugerencias:
Portafolios digital, mediante el cual los estudiantes pueden publicar sus trabajos, el seguimiento de su progreso, y hacer que su aprendizaje sea más transparente.
- Grabar las lecciones del docente en vídeo para que los profesores puedan reflexionar sobre su eficacia, obtener retroalimentación constructiva de sus pares, y hacer que su práctica profesional sea más transparente.
En fin… disfrutad de la película (si la conseguís), de la charla seguro y pasad buen fin de semana.