Las redes sociales del tipo Facebook, Twitter, LinkdIn o Tuenti son nuevas formas de comunicarse en Internet que han atraído la atención de cientos de millones de usuarios deslumbrados por sus posibilidades, despreciando sus peligros - en esto influye sin duda la sensación de estar protegidos por las paredes de nuestros hogares-.
Desde EDUCASOCIATIC, no dejamos de insistir en nuestra función de difundir e intervenir educativamente como Educadores Sociales para, valorando como imprescindibles la utilización de estas herramientas para "estar" en el mundo del siglo XXI, no desvaloremos los riesgos que todos y todas, jóvenes mayores y especialmente menores debemos conocer. Esta labor es necesaria hacerla en la formación de padres, que deben ser quienes, desde el respeto al desarrollo personal de su hijo, supervisen sin complejos, la configuración de sus cuentas, para que los datos sensibles -como los personales- no se ofrezcan, animando a crear grupos con "alias" y las imágenes que suban a la red, sean seguras. Así realizaremos una labor preventiva sobre los riesgos de un uso inadecuado de las redes sociales.
La clave de la seguridad pasa por la privacidad y el control de contenidos. En estas dos materias los educadores debemos hacer conscientes a los ciudadanos, especialmente a los menores, de los riesgos.
La clave de la seguridad pasa por la privacidad y el control de contenidos. En estas dos materias los educadores debemos hacer conscientes a los ciudadanos, especialmente a los menores, de los riesgos.
El presidente de la Asociación de Internautas, Víctor Domingo, ha explicado que, ahora mismo, los problemas más importantes que pueden ocasionar las redes sociales más conocidas tipo Facebook, Twitter, LinkdIn o Tuenti tienen que ver con la privacidad, es decir, “con hacer un uso demasiado alegre de las comunicaciones sin tener en cuenta la privacidad del usuario”.
“El otro problema importante —matiza Domingo— es que no hay un control sobre los contenidos que se alojan en este tipo de redes”. “El usuario, una vez que entrega sus contenidos a estos portales, quedan en manos de los propietarios de la red social en cuestión”, apunta el presidente de la Asociación de Internautas.
Aún así, Víctor Domingo advierte que esto no es lo peor: “Estos dos inconvenientes me parecen los más graves, pero es un problema importante que se puede multiplicar por diez en el caso de los menores, ya que quedan mucho más expuestos ante un uso poco responsable de este tipo de redes”.
En este sentido, los peligros má evidentes a los que se puede ver expuesto un menor a la hora de contactar con otros miembros de redes sociales son:
- Acceso fácil a temáticas que no son apropiadas a su edad: sexo, pornografía, violencia...
- Se puede hacer un uso indebido de las imágenes que el menor pueda “colgar” en la red.
- Pueden ser fácilmente engañados en redes sociales o chats sobre información de hábitos en la casa: vacaciones, horas de trabajo, posibilidades, cuándo están solos…
- Anuncios clasificados, ventas fraudulentas o estafas que intentan engañar y que pueden tener un costo económico para la familia del menor.
- Todo el tiempo que no esté frente al ordenador (que no todo es malo) es tiempo perdido en el desarrollo de otras habilidades sociales o intelectuales.
No dar datos de carácter personal
Todos sabemos que Internet genera problemas y también beneficios para los menores, por eso, Víctor Domingo entiende que “entre que la gente desconecte y que la gente lo use, están los términos medios”. Así, no le parece mal que se usen las redes sociales, pero sí que “habría que trabajar para tener un control sobre los contenidos y sobre la privacidad”.
Por eso, el presidente de la Asociación de Internautas recomienda no dar datos de carácter personal (números de teléfonos, contraseñas o números de tarjeta), imágenes de terceros sin su consentimiento (que puede generar problemas legales importantes), además de cuidar muchísimo la propia imagen: “Hay que tener una gran responsabilidad sobre todos los datos que ahí se están ofreciendo y, sobre todo, insiste, o dar ningún dato de tipo personal”.
Al respecto, los casos más frecuentes con los que se encuentra esta asociación son los de suplantación de personalidad y de desaparición de contenidos (cuando se le da de baja unilateralmente por parte del proveedor).
Suplantación de personalidad
Sobre la suplantación de la personalidad, salvo casos muy famosos de usurpación de cuentas que rayan lo delictivo, lo más habitual es que se trate de casos en los que están involucrados “personas del entorno de la persona suplantada”. Medio en broma, Domingo dice que “suelen ser cuestiones de cuernos, normalmente novias o novios despechados que saben sus claves y han hecho una utilización de su cuenta para difamarle o para ponerlo en ridículo”.
Por eso, siempre “conviene dejar bien claro que las claves son personales y no se deben dar a nadie”, insiste Domingo, que recuerda, en este sentido, que “hay que tener mucho cuidado con meter la clave en sitios públicos donde se puede quedar grabada en la caché del equipo”.
Sentido común
En definitiva, la recomendación general es “hacer una práctica normal de las redes sociales y tener un poco de sentido común, pero sobre todo ser respetuoso con la privacidad de cada uno y, por supuesto, con la de los demás”, apunta Víctor Domingo.
Para terminar, avisa de que existe “poca cultura” sobre lo que es Internet y las redes sociales, ya que existe la idea de que al estar detrás del ordenador se está en un mundo al margen de todo este tipo de cosas, cuando la realidad es que “entras, te metes en un mundo lleno de gente y no eres una cosa externa a todo lo que está pasando dentro”.
“El otro problema importante —matiza Domingo— es que no hay un control sobre los contenidos que se alojan en este tipo de redes”. “El usuario, una vez que entrega sus contenidos a estos portales, quedan en manos de los propietarios de la red social en cuestión”, apunta el presidente de la Asociación de Internautas.
Aún así, Víctor Domingo advierte que esto no es lo peor: “Estos dos inconvenientes me parecen los más graves, pero es un problema importante que se puede multiplicar por diez en el caso de los menores, ya que quedan mucho más expuestos ante un uso poco responsable de este tipo de redes”.
En este sentido, los peligros má evidentes a los que se puede ver expuesto un menor a la hora de contactar con otros miembros de redes sociales son:
- Acceso fácil a temáticas que no son apropiadas a su edad: sexo, pornografía, violencia...
- Se puede hacer un uso indebido de las imágenes que el menor pueda “colgar” en la red.
- Pueden ser fácilmente engañados en redes sociales o chats sobre información de hábitos en la casa: vacaciones, horas de trabajo, posibilidades, cuándo están solos…
- Anuncios clasificados, ventas fraudulentas o estafas que intentan engañar y que pueden tener un costo económico para la familia del menor.
- Todo el tiempo que no esté frente al ordenador (que no todo es malo) es tiempo perdido en el desarrollo de otras habilidades sociales o intelectuales.
No dar datos de carácter personal
Todos sabemos que Internet genera problemas y también beneficios para los menores, por eso, Víctor Domingo entiende que “entre que la gente desconecte y que la gente lo use, están los términos medios”. Así, no le parece mal que se usen las redes sociales, pero sí que “habría que trabajar para tener un control sobre los contenidos y sobre la privacidad”.
Por eso, el presidente de la Asociación de Internautas recomienda no dar datos de carácter personal (números de teléfonos, contraseñas o números de tarjeta), imágenes de terceros sin su consentimiento (que puede generar problemas legales importantes), además de cuidar muchísimo la propia imagen: “Hay que tener una gran responsabilidad sobre todos los datos que ahí se están ofreciendo y, sobre todo, insiste, o dar ningún dato de tipo personal”.
Al respecto, los casos más frecuentes con los que se encuentra esta asociación son los de suplantación de personalidad y de desaparición de contenidos (cuando se le da de baja unilateralmente por parte del proveedor).
Suplantación de personalidad
Sobre la suplantación de la personalidad, salvo casos muy famosos de usurpación de cuentas que rayan lo delictivo, lo más habitual es que se trate de casos en los que están involucrados “personas del entorno de la persona suplantada”. Medio en broma, Domingo dice que “suelen ser cuestiones de cuernos, normalmente novias o novios despechados que saben sus claves y han hecho una utilización de su cuenta para difamarle o para ponerlo en ridículo”.
Por eso, siempre “conviene dejar bien claro que las claves son personales y no se deben dar a nadie”, insiste Domingo, que recuerda, en este sentido, que “hay que tener mucho cuidado con meter la clave en sitios públicos donde se puede quedar grabada en la caché del equipo”.
Sentido común
En definitiva, la recomendación general es “hacer una práctica normal de las redes sociales y tener un poco de sentido común, pero sobre todo ser respetuoso con la privacidad de cada uno y, por supuesto, con la de los demás”, apunta Víctor Domingo.
Para terminar, avisa de que existe “poca cultura” sobre lo que es Internet y las redes sociales, ya que existe la idea de que al estar detrás del ordenador se está en un mundo al margen de todo este tipo de cosas, cuando la realidad es que “entras, te metes en un mundo lleno de gente y no eres una cosa externa a todo lo que está pasando dentro”.
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