martes, 28 de junio de 2022

LAS FAMILIAS Y LA SITUACIÓN SOCIOECONÓMICA

 

Para comenzar esta breve exposición decir que muchas de las preguntas que me estaba planteando en la preparación de esta intervención, saltaron por los aires el pasado 24 de febrero, cuando el monstruo de la guerra ha vuelto a golpear el suelo europeo, cuando en estos momentos millones de familias ucranianas están viviendo situaciones desesperadas como ya ocurriera en Siria, Libia, Líbano o Irak...

Todas las guerras son una tragedia para la humanidad, pero no es menos ciertos que los conflictos en suelo europeo adquieren una transcendencia mundial, y más si uno de los contendientes, en este caso el país agresor, es una potencia nuclear.

Cuando no hemos tenido tiempo de superar la crisis financiera del 2008, que supuso:

  •     Socializar las pérdidas de los bancos
  •     Devaluar el factor trabajo
  •   Debilitar el corazón del estado del bienestar: Sanidad, Educación, Servicios Sociales, prestaciones…
  •     Paro, pobreza y exclusión, para millones de personas

Cuando iniciábamos una senda de recuperación de la crisis del Coronavirus; un nuevo monstruo se avecina, con un impacto imprevisible sobre la economía y por tanto sobre los pueblos, sobre las familias, sobre las personas y especialmente sobre las más debilitadas. Ese monstruo es LA GUERRA.

Y es que todas las crisis, la FINANCIERA, LA SANITARIA DEL CORONAVIRUS, y la que se nos avecina como consecuencia de la Guerra, siempre sirven de espejo social que nos proyecta y devuelve las potencialidades y debilidades de una sociedad en los momentos duros.

¿Y qué es lo que nos muestra ese espejo para las familias, para la sociedad? pues más desigualdad, donde el grupo que más crece es el de los desfavorecidos, mientras la riqueza se acumula en menos manos.

      Hoy las familias tienen más dificultades para acceder al empleo, a la vivienda, a la salud, que tiene como consecuencia el desempleo (especialmente Jóvenes, Mujeres y mayores de 45 años). Reducción de ingresos que permitan la vida digna. Acumulación de deudas y debilitamientos de los sistemas de protección social.

·     Aumento de los conflictos en la familia:

Según el informe Foessa la crisis del coronavirus está afectando a 4 millones de hogares (20%) con cerca de 11 millones de personas en el espacio de la exclusión. Claro y tenemos un problema y es que es muy fácil caer en la exclusión, pero es muy difícil salir de ella sin ayuda.

Paro: Tasa de Paro Cuarto Trimestre EPA (INE):

Extremadura:  18,94%; Mujeres: 22,36%; Hombres: 16,19% Jóvenes: 46,4% (total 96.200)

España: 13%. Mujeres 14,7%; Hombre 11,5%; Jóvenes; 30,7%

Esta situación sin duda es la que empuja a que las familias se encuentren en una situación muy compleja, así tenemos a más de un millón de familias donde todos sus miembros están en paro. En estas situaciones es clave que lo sistemas de protección funcionen, y en este sentido tenemos que valorar como positivo el impacto de las ERTES que ha permitido mantener unos ingresos mínimos y la esperanza de recobrar la actividad productiva tras el proceso. Está por ver los efectos de la guerra sobre el empleo.

Precariedad LABORAL: Parece un tópico, pero no lo es, la precariedad laboral aumentó de manera exponencial tras la reforma laboral del 2012, eso significa inestabilidad, inseguridad, imposibilidad de planificar una vida digna de futuro para las familias, y por su puesto la práctica imposibilidad de crear una nueva familia. Aunque los datos son positivos, es muy pronto para valorar en profundidad los efectos de la reforma laboral recientemente firmada por los agentes sociales y refrendada por el parlamento. 

LA INFLACIÓN: Estos días hemos conocido como la inflación se situaba en un 7,4% sobre todo por el aumento de la energía, Electricidad y carburantes. Las familias han pagado de media un más de un 40% (según la OCU) la maldita guerra hará que el precio del gas y el petróleo se dispare, por lo que tendremos una escalada de precios de todos los productos básicos imprevisible en este 2022. Situación que nos tendrá que poner en alerta para los próximos meses.

La sanidad: El coronavirus ha puesto de manifiesto la importancia de tener un sistema sanitario fuerte y universal. Desgraciadamente las crisis financieras del 2008, hizo que un debilitado sistema sanitario haya tenido que hacer frente a la pandemia. Esta debilidad como siempre ha afectado a las familias con menos capacidades

La educación: Junto con la sanidad la educación ha sufrido de manera brutal los efectos de la pandemia. El espejo que hablamos al inicio de mi intervención nos ha mostrado una imagen desoladora, al evidenciar y visualizar la brecha digital, miles de alumnos tendrán muy complicado recuperar el tiempo perdido, absentismo escolar, fracaso escolar. La imagen que nos devuelve la crisis, es que las familias desfavorecidas con menores a su cargo, han sufrido la pandemia de una manera más intensa y esto tiene consecuencia en las posibilidades futuras de esos menores. No podemos olvidar que el nivel de estudios sigue siendo un elemento protector contra la exclusión social, a pesar de su pérdida de peso en los últimos años.

Aumento de la conflictividad familiar:  Separaciones, divorcios y sus consecuencias en los menores. 

      Por todo ello, es necesario reforzar los servicios de apoyo a la familia (programas de familias, Servicios Sociales. etc.), en el ámbito educativo, mejorar el control y exigencia en materia de absentismo escolar en los periodos obligatorios, trabajar la inteligencia emocional, bajar los ratios en las aulas, mejorar la formación del profesorado, tanto la inicial como la continua, donde la formación en valores, en igualdad, en sexualidad no sea una anécdota, sino una realidad recogida en los currículo  y en la práctica docente. Reforzando la educación digital, rompiendo los falsos mitos del nativo digital, dotando a los centros educativos de recursos digitales suficientes que permita reducir la brecha digital en el alumnado, y favorecer una metodología de trabajo basada en proyectos.

      En el ámbito sanitario reforzar los servicios de salud mental en general, pero de manera decidida en lo referente al periodo de la infancia y adolescencia. Y para finalizar trabajar el desarrollo comunitario, coordinando actuaciones desde los servicios educativos, sanitarios y municipales, ofreciendo alternativas de ocio saludable, cuidando a la población rural.

      Para finalizar apoyar la emancipación juvenil y su acceso a la vivienda, así como el apoyo a las familias para que tengan un lugar digno donde vivir.


Cáceres 30 de mayo 2022

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